Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.

martes, 7 de octubre de 2008

LECCIONES "PERONISTAS" DEL CHE

Es fácil pegarle al sindicalismo peronista. Especialmente si uno no es ni ha sido nunca trabajador asalariado, si no eligió nunca un delegado, si no concurrió jamás a una asamblea laboral. En un artículo de Lucas Carrasco en http://www.artepolitica.blogspot.com/ (”Para leer Artepolítica”) hay una buena caracterización de quienes -desde la buena leche y la buena voluntad- suelen pifiar a la hora de emitir juicios sobre actividad gremial y, sobre todo, sobre la función de los dirigentes, a quienes se suele criticar, insultar, agraviar gratuitamente, desconociendo olimpicamente sus orígenes y trayectorias, sus luchas, sus reveses. De algunos se conoce cómo murieron. Muchos asesinados. Pero bueno. No voy a abundar. Cada uno sabe de dónde proviene.
Los que hemos sido siempre trabajadores sabemos lo que vale la unidad sindical. Y por qué es el botín más preciado de las patronales, aquí y en todo el mundo. Todo lo que atomice o divida no es pluralismo, sino debilidad para enfrentar la desventaja original de las relaciones del trabajo.
Creo que algunos tipos de la CTA no lo entienden y no lo entenderán nunca. Suponen que con dos centrales obreras tendremos más fuerza. Es al revés. Y por eso no consiguen la personería, por lo menos no con este gobierno (hasta ahora).
Antes de extender el cheque, hay que pensar bien a quién le concedemos la posibilidad de firmar, acaso, el acta de defunción de todas la conquistas obtenidas en décadas de lucha. Los destinatarios de estas líneas podrían ser los señores De Gennaro y Lozano: luchadores ayer, animadores de TV más tarde, vergonzosos integrantes del coro oligárquico en este momento, alguno subido incluso a la tribuna de la Sociedad Rural, sin ponerse colorado.
Y como puede tratarse de colores, mejor que les responda alguien que ellos (yo también) consideramos tan merecedor de confianza como externo (aunque no lejano ni adversario) de la organización gremial peronista: Ernesto Guevara.
Este es el breve mensaje directo que el Comandante obsequió a un grupo de obreros cubanos, el 2 de enero de 1959 (la misma semana que asumió el gobierno de la Revolución). Quedó para la historia como “Discurso de El Pedrero”, porque así se llama esa lejana localidad de la Isla. Aqui va el remate:
*”Quiero acabar, señores, dándoles un consejo fraterno a los trabajadores del central “Santa Isabel”, que estén aquí. Yo tenía que hablar con ellos, me había compromtido a hablar, pero cuando llegué, me dijeron que habían venido hasta aquí, hasta este mitín. Quería decirles a los trabajadores, que me enteré al hablar, al ir a hablar, que había dos sindicatos; quería pedirles fraternalmente que mediten sobre el peligro de dividir; dividir en las entrañas mismas de una central de la clase obrera, en obreros de este tipo, y obreros de aquel otro tipo; porque la gran palabra de orden para toda la Nación, que es la unión, debe ir aplicándose también a todas las fases de la vida cubana. Así como debemos estar todos unidos frente al peligro común que nos amenaza, deben estar unidos todos los obreros entre sí, y deben ir fusionándose los sindicatos para constituir bloques realmente fuertes, que puedan oponer una voz multitudinaria cada vez que la agresión de los patronos quiera sobarse sobre la masa del pueblo. Eso es todo, compañeros. Muchas gracias” (aplausos).
*Texto extraído de Suplemento Especial de Página 12. Diciembre de 2007.:

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