Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.

miércoles, 28 de octubre de 2009

NUEVAS HIPOCRESÍAS DEL PETERIODISMO

El peteriodismo (Diego dixit) argentino no se da tregua. A falta de una profesión para ejercer, ya que el periodismo ya no existe en nuestro país (hoy sólo se trata de una vulgar y obscena insistencia en construir la realidad a favor de intereses económicos diversos), ha resuelto batir el parche a cualquier actitud que promueva el sentimiento de lo antinacional, que tan bien profesa la clase media de los grandes centros urbanos, habitual y leal consumidora de basura mediática, ya casi sin disfraz que la contenga.

En los últimos diez días, el ejército de peteriodistas locales, sin solución de continuidad, en sistema carroussel y, como siempre, sin la menor apoyatura de pruebas al canto, resolvió cantar loas a la "ejemplar democracia uruguaya", dado que en la vecina orilla los partidarios de distintas corrientes políticas no se gritan improperios, ni se agreden verbalmente ni hacen lo que hacen los argentinos a la hora de dirimir diferencias.

"Tenemos que hacer como ellos" puede decir el infradotado Bonelli o el dinosaurio hembra Lorena Maciel por el canal Todo Normalidad (título de Cornetín el 25.3-77). No serán los únicos. La cadena de la desinformación privada agregará epítetos laudatorios a todos los candidatos de la reciente compulsa eleccionaria oriental.

Pues bien. La pregunta es sencilla ¿Se imaginan a estos imbéciles a sueldos de 200.000 ante la noticia de la postulación de un ex jefe guerrillero argentino (montonero o del ERP) a la presidencia de la Nación ¿Se imaginan si tal jefe guerrillero obtuviese el 47.5% de los votos en primera vuelta ¿Se imaginan? Sí, claro que sí.

La ejemplar democracia uruguaya, sin comillas, no consiste en que bandas de militantes no se insulten vereda a vereda, sino que la sociedad en pleno sea capaz de aceptar y de votar a un ex jefe guerrillero como candidato (y ya casi) presidente de la Nación. Algo imposible aquí, gracias (entre otras cosas) a los prejuicios de la clase media y obviamente a sus mentores del peteriodismo.

Un caso similar de hipocresía rayana con el cinismo, se da cuando los peteriodistas mencionan como estadista de fuste y también presidente modelo a Luiz Inacio Lula Da Silva ¡Oh, si lo tuviéramos nosotros!, graznan a coro los fellatiadores de la prensa antinacional. Es para escandalizarse, verdaderamente.

La ejemplar democracia brasileña, calificada así por tiragomas de la TV y de los diarios, fogoneados por sus empresarios patrocinantes interesados en el país, no es tal porque Lula hoy vista saco y corbata y haga lo que puede en una nación tan complicada como la suya. No. La democracia brasileña es ejemplar no por esos detalles, sino porque el pueblo (no la gente) brasileña es capaz de elegir y reelegir como presidente a un obrero sindicalista de izquierda, que eso es Lula, antes de todo lo que vino después.

¿Se imaginan a capangas como Van der Kooy o Blanck, a un chimpance con pelos en los dientes como Magdalena o a conversos vergonzantes como Leuco, ante la noticia de la postulación presidencial de un metalúrgico y dirigente sindical peronista o izquierdista de cualquier línea (Francisco "Barba" Gutiérrez, por caso) ¿Se los imaginan si el tal sindicalista gana en primera vuelta? ¿Se imaginan? Sí, claro que sí.

Por eso aquí el periodismo ya ha fenecido. Y sólo quedan peteriodistas. Buenos para nada, salvo para seguir chupándola.

jueves, 15 de octubre de 2009

PETEPERIODISTAS (R)

¿Quién se la toca a quién? Esta frase ha sido durante años el caballito de batalla del correcto relator futbolístico Walter Nelson (TyC). Una semiobscenidad al comenzar cada partido, que a nadie le ha parecido mal hasta el momento. Y está bien. Es personal. Hasta creativo.

1 – Prevenciones. Por eso antes de entrar en materia es necesario sincerarse. Los que miran y escuchan diariamente las cursilerías de Tinelli, de Rial, de Viviana Canosa, de Avilés, de González Oro, de Etchecopar, de Jorge Corona. Un ejército de guarangos de todo calibre, entre culos, tetas, apelaciones directa al sexo y situaciones más que explícitas. Nada de insinuaciones. Procacidad pura con complicidad de una enorme legión de señoritas que compiten para ver cuál es más guasa. Nazarena Vélez es la más, aunque le pisan los talones. Nada nuevo por cierto. Y más de 30 de rating en la columna del mal gusto y la grosería al cohete. Sólo para escandalizar a quienes les encanta ser escandalizados. Y después te mandan mails diciendo “¿Escuchaste a Tinelli, viste a la Francese? No se puede creer…”. Sí se puede. Es nuestra Argentina desde hace tiempo.

2 – En el párrafo anterior la clave es “al cohete”, es decir, toda esa banana cursi no tiene sentido más que embolsar dinero a costa de la grosería. Ahora, una puteada es otra cosa. Por eso, los mismos que fornican radialmente con Oro o por TV con Tinelli no aceptaron que D’Elía dijera “blanco de mierda”. Eso sí que no. Porque ahí existe la intención. Se puede decir “negro de mierda” mil veces por día, pero no se puede retrucar desde la voz de un “villero”, que por otra parte maneja el español mucho mejor que cualquier informativista pedorro del actual terrorismo mediático. Ni que hablar de movileros semianalfabetos conducidos con la cucaracha en la oreja e incapaces de repreguntar. Ni siquiera de enhebrar una proposición aceptable.

3 – El periodismo deportivo argentino (desde anoche PETEPERIODISMO) tiene mucho que ver en esto. Como Nelson, también gastan guasadas cotidianamente. Son conocidas las apelaciones de Mariano Closs al tamaño del pene de algunos futbolistas (”tiene tres piernas, ¡una botella!, Don Niembraaa…) ¿O no es cierto? Pero es lo de menos. También se han embarcado en cuidarle la caja a la empresa, sobre todo los del multimedio monopólico. Y entonces nos asombramos cuándo (sin hilar muy fino) advertimos que relatores y comentaristas de un partido de la selección argentina, hacen fuerza para que pierda, con sus palabras y con sus silencios. Como ayer. Escuchar a Enrique Macaya Márquez a esta altura de su vida y de la nuestra es francamente una tortura. El relator Vignolo directamente está para el chaleco. Terminaron lamentando el triunfo argentino. Y rescatando fuera de contexto la voz de Verón (absolutamente respetable, pero la única) entre la ordalía de puteadas que sus compañeros -y no solamente Maradona- le dispensaron al periodismo con la clasificación al Mundial ya consumada. No por casualidad, los noticieros quitaron rápidamente las declaraciones del capitán Javier Mascherano, en línea con Diego, aunque sin apelación alguna a la fellatio. Igual fue contundente. “Ustedes jugaron en contra”, le dijo a un grupo de peteperiodistas que buscaban desesperadamente otra voz discordante para volver a sembrar la discordia, como hicieron cuando inventaron la pelea Diego-Bilardo, desmentida ayer dentro del campo y a viva voz entre insultos dirigidos solamente a peteriodistas. La TV no pudo pasarlas por alto.

4 – Maradona es como es. Lo toma o lo deja. Como él dice, no tiene grises. Pero uno sabe con quién habla. Es frontal, sin dobleces. Y siempre juega nacional. En todas las canchas de su vida. No puede decirse lo mismo de periodistas que ocultan y seguirán ocultando el verdadero motivo de esta guerra desleal que iniciaron contra el entrenador, un día después de la bendita foto. Y a quienes importa un bledo el término nacional.

5 – La foto es la que juntó abrazos y besos de Diego y Grondona con la presidenta de la Nación, el día que se anunció oficialmente el traspaso del fútbol a la órbita estatal y gratuita para los usuarios. Julio Blanck entró esa noche en la redacción de Clarinete y reiteró sus palabras previas a la desestabilización oligárquica de 2008: “Muchachos, seguimos en guerra. Ahora el blanco es Diego”. O sea, el blanco es el negro… Y allí fue el ejército de cagatintas (ahora tiragomas) del poder a destrozar como fuese, especialmente con cuestiones extradeportivas, la figura de quien ellos también ayudaron a convertir en un mito viviente, y que anoche los rempujó de parados, obteniendo una clasificación sumamente complicada, en medio del descreimiento y la mala onda general (ya a esta altura es sentido común) con que los medios manipulan a la desprevenida clase media, que les compra todos los artículos por el mismo precio. En otro tiempo, hubiera sido una noche de victoria y Obelisco. Más allá de jugar bien o mal. Que para jugar mal esta Messi, a quien nadie le cae ni lo manda a Barcelona. Debe ser porque él no salió en la foto.

6 – Algunos aportes estadísticos. En las eliminatorias jugadas en 1985, Argentina clasificó en el último partido, con un gol agónico de Gareca convertido con la rodilla. Fue una actuación desastrosa, festejada hasta el orgasmo por la prensa. Al año siguiente, Argentina ganó la Copa del Mundo en México, pese a que un mes antes el presidente Alfonsín estuvo a punto de echar a Bilardo por consejo de su asesor Osvaldo Otero (procesado años después como desguazador de Racing). El día que Diego levantó la Copa en el estadio Azteca, Alfonsín no estaba (único presidente ausente de este tipo ceremonias triunfales desde que tenemos recuerdo). Había enviado en su representación al ministro Conrado Storani. Un bochorno. Pero el plantel -con toda lógica- había declarado “persona no grata” al hoy prócer Alfonsín (el del punto final, la obediencia debida, la hiperinflación del 30 por ciento mensual, la guerra a los trabajadores, el plan austral, las felices Pascuas y el pacto de Olivos).

En las eliminatorias jugadas en 2001 rumbo al Mundial de Japón-Corea, Argentina llegó en primer lugar con varios puntos de ventaja, casi sobrando la parada y conviertiendo al equipo de Marcelo Bielsa en “gran favorito” de la prensa deportiva nacional (bah, liberal) para la contienda en Oriente. Una vez más, las predicciones fallaron. Hicimos la peor campaña desde el desastre de Suecia 58, nos eliminaron en primera ronda y todo el mundo pidió la cabeza de Bielsa, un tipo “demasiado intelectual”, según decían los mismos peteperiodistas que hoy lo ponen como ejemplo supremo de éxito por haber llevado a la selección chilena hasta el mismo lugar en que Maradona acaba de depositar a la argentina, es decir, a las puertas de Sudáfrica 2010. Porque recordamos que en las eliminatorias vale lo mismo el primer puesto que el cuarto, que no hay título de campeón ni se entregan trofeos.

7 – Un recuerdo. Corría el año 1983. Yo era cronista deportivo en el diario Crónica. Un día a River Plate se le ocurrió suplantar los reportajes post-partidos dentro del vestuario por una conferencia de prensa con dos o tres jugadores. Aquel periodismo no estuvo de acuerdo y lo consideró un cercenamiento a su libertad de trabajo. En la primera (y única) conferencia, con Labruna y Passarella en el estrado, alguien rompió el fuego con estas palabras: “Quiero preguntarle a (el marcador de punta) Gordillo…Cuando el vocero de prensa de River le dijo con sorna que Gordillo no estaba en la conferencia, todos los periodistas (menos el afamado Osvaldo Ardizzone) nos fuimos del lugar y no hubo conferencia. A la semana volvimos a los vestuarios. Ardizzone también. Era otro tiempo. Otros gobiernos, otros periodistas y otros códigos.

Epílogo – Diego es Diego y dice lo que piensa. Siempre fue así. Lo dice a veces brutalmente, es cierto, pero él es así. Un ex periodista como el que esto escribe se hubiese atrevido a escribirle una letra un tanto más eficaz para la conferencia de prensa post-triunfo en el Centenario. Algo como esto:

“Bueno. Sólo quiero decir que hemos conseguido el único objetivo que nos propusimos cuando tomamos el equipo: es decir, la clasificación al Mundial. Les agradezco infinitamente a todos los jugadores que integraron el plantel, al cuerpo técnico que me acompaña y a las autoridades de AFA que apoyaron el proceso. Quiero también especialmente dedicar esta victoria (después de 33 años en Montevideo…) a los hinchas que creyeron en nosotros. A los que vinieron hasta aquí para alentarnos y a los que se quedaron allá con igual entusiasmo. Debo decir, de todos modos, que hay un sector que no se merece ningún agradecimiento: es la prensa argentina. Que hizo lo posible por perjudicarnos, porque inventó mentiras internas, porque puso palos en la rueda a partir de mi abrazo con la presidenta Cristina. Son así. No van a cambiar. Muchas gracias. Buenas noches. Viva la Argentina!”

Esto lo hubiera dicho yo. Sí. Pero me hubiera muerto de ganas de rematar la pieza con el ya inolvidable…”sigan chupándola…”

Pero para eso hay que ser Maradona ¡Salud!

PD Queda claro que el periodismo argentino ya no existe, ni el deportivo ni ningún otro (como adelantó Néstor Contissa en una obra teórica imperdible (”Salven a Clark Kent”) que se utiliza como bibliografía en numerosas universidades donde se dicta la carrera de Ciencias de la Comunicación.

Periodismo ya no hay. Periodismo independiente (TyC, je) menos que menos. Quedan sí cronistas haciendo de mandaderos de sus patrones empresarios, sólo interesados en hacer caja a costa de lo que venga, así sea voltear a un entrenador de fútbol o a la propia Presidenta. De esos periodistas ortibas, carneros y buenos para nada, ya no queda ni el nombre.

Desde hoy: PETEPERIODISTAS (R).

Que sigan chupándola

sábado, 10 de octubre de 2009

HEMORRAGIAS

Tras padecer dos úlceras perforadas, la última con una hemorragia que bajó el hematocrito a 24, y una internación posterior con tensión arterial a 22 y angina inestable, el médico cardiólogo Carlos Ciarlante (de la obra social que nos dispensaba el Grupo Clarín a los trabajadores de la Agencia Diarios y Noticias -DyN-, en la que yo revistaba en 1995 como secretario de redacción) me aconsejó seriamente “cambiar de trabajo, ante la posibilidad cierta de sucumbir en la próxima somatización”.

Le hice caso al doctor. Me fui del multimedio, harto de las presiones salvajes, de las delaciones, de la “Siberia” (el turno mañana, al que confinan a los trabajadores de la empresa que no defienden a rajatabla sus intereses económicos). Me harté y me fui en medio de un clima que ahora sería plácido y bucólico, a estar por lo que me cuentan quienes padecen hoy desde adentro la dictadura de Noble-Magnetto y la de sus esbirros Pagliaro, Aranda, Rendo, así como la mordaza impuesta por los “periodistas independientes” Roa, Van der Kooy y Blanck. Los mismos que le transmiten órdenes mediante la cucaracha en la oreja a los infradotados Bonelli y Sylvestre para que pregunten lo que la empresa quiere, ante su imposibilidad intelectual de cumplir órdenes automáticamente, no por falta de voluntad sino de neuronas. Con Morales Solá no tienen necesidad.

Cuando me fui, estaba “congelado” por la empresa en el horario de 5 a 11 de la mañana, sin más tarea que ver y oir diariamente a un director como Edgardo Alfano (hijo putativo de Magdalena y hoy retornado a TN) haciendo gala de su inefable condición de capanga preservativo todo terreno, a horario completo.

Cuando me fui, dejé un buen sueldo y una tranquilidad que jamás volví a sentir en el bolsillo. Pero mi duodeno y mi cuore soportan bastante bien la vida cotidiana y hasta ver en acción al multimedio con toda su furia desatada sobre empleados nobles e innobles, enloquecido ante la sanción (hoy) de una ley que acaso ni le reste un milímetro de poder, pero que ha conseguido quitarle la careta al verdadero poder en la Argentina.

Aprovecho desde aquí para saludar a aquellos centenares de despedidos sin indemnización en Canal 13 (fusilados por el matrimonio conveniente de Ernestina con Menem); a mi amigo Pablo Llonto, que nunca cejó en su lucha por desenmascarar al monstruo; a Claudio Díaz, otro renunciante que se bajó con dignidad para dar la pelea desde el verdadero llano, y a todos los que hoy -por la razón que fuese- no pueden desatar la mordaza que les impone el gran diario argentino y sus sucursales satélites.

Y un abrazo también al doctor Ciarlante, porque sin aquellas palabras suyas, seguro no estaría viviendo este mínimo triunfo.