Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.

domingo, 25 de marzo de 2012

VUELVE EL MONO

Vuelve el Mono. Ni yankis ni marxistas. Ni liberales ni progres. Ni chicha ni limonada: vino y champagne. Vuelve el Mono.