Una lágrima y un recuerdo, don Héctor Jota, campeón de la lealtad y de la palabra. Nadie hizo tanto en tan poco tiempo. Nadie, que yo recuerde, cumplió como usted con sus promesas y sus compromisos, sin gritos ni alharacas.
Todo puede perdonarse, menos la ingratitud. Un bronce ahí…
Agradecido sobrino.
EL EXAMEN REFRACTIVO Y LA SUBJETIVIDAD
Hace 10 meses.
1 comentario:
Me sumo al homenaje. salud, Tío.
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