Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

OBAMA: ¿EL SUEÑO NEGRO DE KISSINGER?

Esta nota fue publicada por el autor el 3 de noviembre en artepolitica.blogspot.com

Las encuestas dicen que gana Obama. Las encuestas a veces se equivocan. No importa. Pongamos que gana Obama ¿Y? ///
Millones de argentinos peronistas se abrazaron a Menem en 1989 creyendo que así escapaban del liberalismo alfonsinista. Y después fue inmensamente peor. Un peronista se transformó en el liberal más siniestro que se recuerde en la Argentina desde los tiempos de Mitre y de Sarmiento. Menem lo hizo. Y (al país) lo hizo mierda. De la Rua, después, completó la tarea liberal. ///
Millones de peruanos creyeron ponerse a salvo del liberalismo cavernícola de Mario Vargas Llosa y terminaron acunados en brazos del feroz entreguista Alberto Fujimori, quien terminó siendo un verdadero profesor de liberalismo para el académico escribidor de La Tía Julia. ///
Muchos chilenos, aunque no tantos en cantidad como en los anteriores ejemplos, creyeron que la bendita Concertación centroizquierdista (?) los sacaría del futuro liberal enraizado en la UDI. Pues no. Entre Frei, Lagos y Bachelet le han hecho pito catalán a aquellos sueños. ///
¿Qué no decir de nuestro amigo Tabaré? Si el general Líber Seregni resucitara unos cinco minutos, se suicidaría ipso facto ante tanta traición liberal dentro de su glorioso Frente Amplio ¿Qué no haría Zelmar Michelini? ///
Los ejemplos sobran. Pero en Estados Unidos las cosas son distintas. Los demócratas parecen siempre ser los buenos. Y los republicanos, los que te corren con el palo. No es tan así. Kennedy sepultó por décadas el sueño (no ya el soberano) pero si el integrador, de los cubanos. Y era demócrata, y pergeñó la guerrra de Vietnam. Carter y Clinton no movieron un centímetro el fiel de la balanza que deposita a Latinoamérica siempre en el patio del patio de atrás del patio de atrás. ///
En una palabra: no le creo, por ahora, señor Obama. Si usted gana, eso sí, veré con una pizca de discreto entusiasmo que en su país de racistas y enorme cantidad de mala gente (Reagan, Kissinger, los Bush, el mismo Kennedy) se abrió un minúsculo espacio para que aquel sueño de Martin Luther King (asesinado hace justo 40 años) acaso comience a concretarse con usted en la presidencia. Pero sólo acaso. Veremos lo que usted hace. El mundo lo verá. ///
Ahora, me alegrará que un negro sea presidente de un país racista. Como me alegré con Mandela en Sudáfrica. No creo, le soy sincero, que mi alegría vaya mucho más allá. Lo digo luego de haber escuchado la traducción de sus discursos. ///
Dicen que en el sur de su país, en Atlanta (Georgia), por ejemplo, los veteranos del Ku Klux Klan no están tan afligidos. Dicen también que en Harlem y en el sector negro del Bronx, a usted no lo llaman brother. Nosotros (o yo) desde el patio del patio del patio de atrás, tomamos nota de eso.
Esto me recuerda a un breve instante de la película que conocimos aquí en 1992 con el título de “Por encima de todo”, realmente llamada “Love Field”, igual que el aeropuerto de la ciudad de Dallas, donde J.F.K fue asesinado en 1963. Allí, una muy joven Michelle Pfeiffer, metida a redentora social, reprende al actor negro Dennis Haysbert (en la trama, un humilde trabajador) cuando este le dice que respeta a aquel novel presidente (el diálogo se da un día antes del magnicidio) pero que no espera “nada de él”. Entonces Pfeiffer le dice si puede llamarlo “presuntuoso”, a lo que Haysbert responde “sí, cómo no…”. ///
Bueno. Respeto a Barack Obama. Pero no espero nada de él. Si gana (cosa probable) muchos racistas resoplarán con encono. Otros no tanto, como si anticipasen en él a un nuevo Menem, a un Fujimori, a un Frei, a un Tabaré, esto es, a un supuesto “enemigo” que hará los deberes más aplicadamente que un hombre del propio riñón. O del mismo color. ///
Después de todo, Estados Unidos sigue siendo el país de las oportunidades ¿Por qué no dársela a uno de ellos, para que nos haga el trabajo, acaso con más éxito y con un mínimo costo, mientras el mundo celebra lo derechos y humanos que somos? Y si fracasa. Bueno, será otro “negro, bueno para nada, y deberá pagar el gasto de su smoking prestado”. ///
Como si lo hubiese ideado Kissinger.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cualquier presidente que gobierne el país del norte debe continuar con los lineamientos del stablishment, de otra manera nunca llegará al cargo. Para entender bién de éste asunto hay que ver la película Zeitgeist; allí se devela quién manda.