Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.

domingo, 8 de marzo de 2009

EL GORILA ES UN MONSTRUO GRANDE

AL DESCHAVE DEFINITORIO DE VÍCTOR DE GENNARO (SUPONEMOS QUE YA NO QUEDARÁN DUDAS) NO VIENE MAL TAMPOCO CONOCER ESTAS LÍNEAS QUE EL DIPUTADO HÉCTOR RECALDE LE DISPENSÓ A LEÓN GIECO, A PARTIR DE DECLARACIONES DEL CANTANTE, BIEN PARECIDAS A LAS QUE CUALQUIER SEÑORA CACEROLERA EMITE HABITUALMENTE EN LA ESQUINA DE SANTA FE Y CALLAO. AQUI VAN:
León Gieco se interrogó o dijo: "yo quisiera saber dónde estaba Moyano en la época de Menem, cuando se bajaron los salarios hasta la mitad y nos llevó a una catástrofe económica".

A partir del respeto, admiración y cariño por León Gieco, quiero responder su pregunta o contestar su afirmación, proporcionando datos históricos, que ayuden a la memoria colectiva.

Moyano no participó jamás de la política menemista. En 1989 estuvo con la CGT de Azopardo y no en la oficialista. Apoyó en marzo de 1990 a la Comisión Nacional de Gremios Estatales que se organizó como oposición a las privatizaciones. En 1991 Hugo Moyano (yo también) fue candidato a diputado nacional en la lista que encabezaba Ubaldini y tenía el desinteresado apoyo de Juan M. Palacios.

Esta no es una biografía no autorizada, pero le cuento que Moyano nunca fue menemista y estuvo protagónicamente en todos los actos (hechos) en los que se enfrentó el modelo económico neoliberal y la flexibilización laboral.

Participó en los paros y movilizaciones que señalo: 15 de noviembre de 1990; 9 de noviembre de 1992; 2 de agosto de 1994; 21 de abril de 1995 (muerte de Víctor Choque); 6 de setiembre de 1995; 8 de agosto de 1996; 26 y 27 de setiembre de 1996; 26 de diciembre de 1996; 14 de abril de 1997 (muerte de Teresa Rodríguez);14 de agosto de 1997; 2, 9, 16 y 23 de setiembre de 1998.

La enumeración lleva pocas líneas, pero los esfuerzos y las luchas llevan mucho más que diez años. Yo diría que durante ese lapso Moyano hizo "todos los días un poco" ya que me puedo olvidar de algún otro paro y no recuerdo las fechas exactas de las ollas populares, condimentadas con represión, caravanas, cacerolazos, apagones, etc. También sé que cuando usted escribió la hermosa canción "El que queda solo", no pensó que el ministro de Trabajo (de De la Rua) usaría el título para descalificar a Moyano. Como creo en sus "semillas del corazón", enumeré esos datos objetivos para informar/le que Moyano y nosotros "nos quedamos" del lado del pueblo. Aún en el "camino perdido", pero siempre recorriéndolo o buscándolo porque incluso en el error, en ese lado nos sentimos "tocando el cielo".

Lo digo por aquello de "que el río nunca regaló el color" y siendo cierto que hubo dirigentes sindicales que apoyaron esa política, cuando el discurso oficial engloba a todos en lo mismo se da "la mitad verdad, mitad mentira" que nos obliga a contar la "historia ésta", es decir a contar la mitad verdad que falta, para terminar con la mitad mentira. Usted no tiene obligación de conocer estos datos. Pero la desinformación "es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente" y cuando se afirma lo inexacto o se promete lo que no se cumple se defrauda la "esperanza de los pobres prometida".

Como lo admiro y lo respeto por su compromiso social me permití dirigirle esta carta abierta porque la verdad histórica no me resulta indiferente.

Y ADEMÁS, AGREGAMOS NOSOTROS...
Moyano no se fue nunca de la CGT. Durante el menemato armó una agrupación, el MTA, en función de que se disputaba con los GORDOS (sepamos identificar a esos gordos) la conducción de la central. Hubo un congreso, no hubo acuerdo, los dos cantaron victoria. Pero Moyano no armó sindicatos paralelos ni formas juridicas paralelas. La CGT disidente no era una central juridicamente hablando, ni lo pretendía, a diferencia de la CTA. Moyano se fue con los sindicatos que lo apoyaron. No se fue para armar otros sindicatos.

1 comentario:

Luciano dijo...

Fenomenal lo de Recalde.
Y muy pertinente tu añadido sobre el MTA, que efectivamente nunca se postuló crear una nueva central sindical, sino diferenciarse políticamente de la conducción de la CGT. Moyano siempre planteó la necesidad de disputar el poder dentro de las estructuras, y no haciendo "incendios intencionales" desde la orilla del camino.

Un saludo grande, Enrique. Aunque no te comente habitualmente, siempre te estamos leyendo.