Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.

viernes, 3 de agosto de 2007

EL GOL ES MÍO

No por repetido menos patético. La pantalla devuelve la imagen del goleador iniciando una desencajada carrera alrededor del campo, rechazando a codazos la felicidad de sus compañeros, gritando a los vientos del Olimpo y con el cuello a punto de reventar: "sí, el gol es mío, mío, mío"; "sí, el autor del gol soy yo, solamente yo y nadie más que yo". Mientras tanto, derrapa sobre sus botines, enfila hacia el banco de suplentes y eleva el pulgar derecho en la nariz de su entrenador para que recuerde su éxito individual, único y ajeno al resto de sus colegas de equipo. Finalmente, y antes de quitarse la casaca para revolearla como si fuese una bolsa de basura, se detendrá frente a la tribuna adicta y entonces con los dos pulgares hacia abajo señalará desde los hombros el número en su espalda para que los hinchas registren el momento de su consagración personal e indivisible. La búsqueda de un camarógrafo obsecuente puede no ser dificultosa para el artillero, y entonces, el mundo entero, de cuerpo entero, presenciará su santificación futbolística en el altar de un esfuerzo digno de mejor causa. Agotado, casi exánime, el héroe cruzará la línea central de la cancha, regresará a su campo y enseguida reclamará a viva voz que alguien lo habilite otra vez, confiando exclusivamente en la solidaridad y en el juego de conjunto, ya que desde el cielo no le lloverá la pelota, porque Dios -se sabe- perdona siempre, pero no entiende nada de fútbol. (Del libro "Escenarios", de Enrique Martín. Ed.
Dunken, 2005.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quique: ayer creí haberte grabado un saludo, pero hoy veo que no entró. Hace poco me dijeron que tengo menos informática que Pedro Picapiedra. Yo aprendí a escribir mojando la pluma en los tinteros empotrados en los pupitres, que querés.
Te repito, entonces (y espero que ahora sí entre), que después de leer EL GOL ES MÍO y PARA RECORTAR Y PEGAR volví a comprobar que sos un tipo al que vale la pena leer (vos sabés que no son tantos y menos en el periodismo).
Abrazo y felicitaciones.
RAÚL ARMANDO
Mi perfil ya lo conocés.
Signo: Aries (igual que Boca).
Sexo: no me acuerdo.
Libros favoritos: Cien años de soledad, Crimen y Castigo, Gracias por el fuego.
Películas favoritas: A la hora señalada, Cinema Paradiso, Los fabulosos Baker Boys, Un lugar en el mundo.
Música: ¿Y cuál va a ser?
Colores predilectos: azul y amarillo.
Plato favorito: ravioles de verdura a la bolognesa.
Bebida: Lugi Bosca malbec.
Postre: sopa inglesa.