OBAMA DESCANSA EN PAZ

El mundo fue y será una porquería. Ya lo sabíamos. Pero igualmente queda siempre un rinconcito para la vergüenza ajena. Un poquito más. La entidad que anualmente otorga el Premio Nobel de la Paz aporta sin claudicar, con un empeño digno de mejor causa. Pero empeño al fin.

Si bien alguna vez otorgó el lauro a distinguidos asesinos seriales como HENRY KISSINGER y SHIMON PERES, no esperábamos que redoblara la apuesta como acaba de hacerlo. Le concedio el premio a Barack Obama, una semana después de que el presidente estadounidense enviase una nueva camada de soldados a Afganistan y dos semanas después de que concretara sabiamente la "legalización" de un golpe de estado en Honduras, con una maniobra tan pero tan cínica, que reíte de su antecesor. Dijo que no, que ni y que sí. Y ya tenemos un nuevo gobierno de facto en Centroamérica (eso es) surgido de su afiebrado cerebro y el de sus colaboradores.

Para reforzar su parecido con Ghandi, y al agradecer el Nobel de la Paz, Obama dijo ayer en cadena y hacia el mundo, que LA GUERRA SE JUSTIFICA. Sí, lo dijo ahí. Se llevó el premio y salió corriendo.

Discépolo se perdió un enorme personaje. Lástima que murió en 1951.