Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.

lunes, 5 de enero de 2009

TELÉFONO PARA GILES...

Fragmento perteneciente a "Quintín", publicado hoy en Artepolítica.

El objetivo del ejército israelí no es el exterminio masivo. Ahora, ¿cuál es el objetivo? Y ¿cuántas víctimas son necesarias para que los civiles muertos pesen más que la seguridad del territorio israelí, para que los inocentes dejen de pagar por los actos terroristas de Hamas y merezcan al menos que pase la ayuda humanitaria? No sé, poné un número. ¿Debajo de cuántos muertos civiles, de cuántos chicos muertos se trata de daños colaterales y cuándo empieza a ser un genocidio?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuántas cosas toca de oído ese garca?
Que Quintín mejor devuelva lo que se afanó en el Bacifi, antes de hablar de la guerra en Gaza.

Lola Carmaiquel