No hay nada más insoportable que las frases hechas, los lugares comunes, los clichés y, como en este párrafo, los sinónimos o redundancias que no agregan nada. De todos modos, hay tipos que dejaron algunas enseñanzas como para ser recordadas y repetidas. Que valgan entonces como bases y puntos de partida (je, nunca se dijo...) del espíritu de este blog, en homenaje a la inteligencia de otros y a la brevedad (y el latrocinio) propios.
Un hombre es libre, si todos lo son. (Hegel).
Aquí todos somos libres para morir de hambre bajo los puentes de París. (Anatole France).
No hay ciudadanos libres en países dependientes. (Juan J.Hernández Arregui).
Los trabajadores no son jueces de los patrones. Son fiscales. (Arturo Jauretche).
Pobres de aquellos países, cuyos jueces merezcan ser juzgados. (Bertrand Russell).
Los demócratas atenienses prohibían a los esclavos presenciar las representaciones
teatrales. A Grecia le debemos la democracia, el teatro y la esclavitud. (Anónimo).
Es la JUSTICIA, idiotas... (ayer, hoy y siempre).
Pasen bien.
Podría haber sido Tigregatica, porque a él le hubiese gustado más. Pero el apelativo de Mono lo definió por las buenas y por las malas, que son las que quiero incluir en este blog. Las buenas y las malas de antes y de ahora. Las mías y las ajenas. Las de nuestro país y las del mundo. Las que nos permiten vivir y las que nos obligan a hacerlo. En Dios creo, y en algunas personas (muertas y vivas) también. No demasiadas. Pero suficientes. Todos los demás, que paguen al contado.
jueves, 2 de agosto de 2007
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